enero 16, 2006

Rabia

Pedí un café, y me senté cerca de la ventana para, como mínimo, verlo llegar. Sabia que estaba al caer, aun así empecé sin él. Tome un sorbo de café y ojeé la prensa, cuando entro en el local. Cruzo el bar con la celeridad de un condenado escapando de su verdugo y sin dejar de mirarme con sus ojos saltones se sentó enfrente de mi.

- Hola, amigo. Dijo con la enorme sonrisa, típica de un loco.

- Yo no soy tu amigo. Le respondí con un sincero desprecio.

- En todo caso, nos encontramos de nuevo.

- Si, y me pregunto cuanto tiempo mas tendré que aguantarte. Me costaba muchísimo mantener la mirada en él. Esa sonrisa repleta de dientes, esa mirada, ese pelo rubio de amarillo intenso. - Aquí no se te ha perdido nada, lárgate!. ¿Continuaba siendo más fuerte que yo? Hasta ahora había conseguido mantenerlo alejado.

- Bueno, sabes que eso tiene fácil solución, ¿no crees? Venga, no seas cabezota, todo esto no te lleva a ningún lado. Se razonable. Su voz empezó a sonar melodiosa e irresistible como el canto de las sirenas. Tenía muchos recursos, y este solo era el primero. - Crees realmente que esta situación te esta beneficiando de alguna forma?, Por favor!, Mírate, si estas mucho peor que antes. Venga, toma. Tenia la mano medio extendida hacia él, cuando haciendo memoria.

- No!, no quiero, no volveré ha hacerlo. Y menos por ti! Ya me has engañado demasiadas veces, con tus falsas promesas, manipulándome.

- Te conozco bien. Por momentos iba aumentando de tamaño. - Se donde te duele más. Se como hacer para que desees autodestruirte otra vez. No seas testarudo! No alargues esta agonía innecesariamente.

- No, No! Déjame en paz!. Me levante y me fui a otra mesa. Mientras seguía sentado, creciendo, eclipsando la luz. Hasta un punto, en el que estaba acorralado. - HAZLO!!!!, MISERABLE!!, ¿Que quieres conseguir?. Su cara totalmente deformada, me chillaba con tanta fuerza que podía sentir sus palabras hasta en mis entrañas. Trague, saliva, respire hondo, y cerré los ojos, para no ver sus ojos inyectados en sangre.

- NECIO!!!, FUMA!!!, FUMA!!!!!!!!! NO LO CONSEGUIRAS!!

- No. Y Expire, muy despacio. Al abrir los ojos, estaba en la mesa del Bar al lado de la ventana, con mi prensa y mi café casi terminado. Sabia que había ganado una batalla, pero que él seguía dentro de mi, y la guerra aun no había terminado. Volvería a visitar-me, con nuevos trucos y yo, debía volver a vencerle.

2 comentarios:

Spicouc dijo...

le has mirado a los ojos y le has dicho "no, no soy quien piensas, no me dejo llevar como las nuves, soy libre de respirar y de elegir, y eligo NO"

Anónimo dijo...

Jejejejejejejejejeje

Perdona que me ria, pero es el pan nuestro de cada día en la vida de un ex-fumador. Prepárate porque te acompañará durante el resto de tu vida. Pero por suerte, es una curva descendente. Desaparece de todos los hábitos habituales -y rápidamente- excepto... todos los relacionados con el alcohol (cuando más débil y dispuesto a todo estás)

Suerte !!!