Hace unos días ha saltado a la palestra el descubrimiento de un gen que es el responsable de la desactivación de las células madres. Y que por lo tanto es uno de los máximas responsables del envejecimiento, de forma que los periodistas se llenan la boca hablando de la posibilidad de acceder a la vida eterna. Debido a que es bien sabido que la mayoría de los periodistas son unos alarmistas, especuladores y que en temas de ciencia ya es para mear y no echar gota. Me he dirigido directamente a la fuente de la noticia, el artículo de la revista Nature. Con todo mi respeto por los periodistas y conciente que su trabajo es vender periódicos, y lo que vende es el morbo. Eso si, que no me digan que persiguen la verdad e informar a la gente que es cuando me encabrono.
En ese articulo pude comprobar que ciertos investigadores, es cierto que han detectado que este gen esta implicado en la desactivación de las células madre, pero lo que no se menciona en la prensa corriente es que la teoría de estos investigadores es que este gen desempeña una función de protección contra el cáncer.
Vamos ha hacer una clase rápida de biología en la que nos centraremos en lo esencial.
Nuestro cuerpo esta formado por miles de células que desempeñan su función y luego mueren, estas son regeneradas por las células madre. Bien, hasta aquí todo correcto. Lo que pasa, que el proceso de generación de nuevas células esta sujeto a cierto riesgo innato en todos los seres vivos de la tierra, la mutación. Si, el proceso de replicación del ADN no es perfecto, incluso después de miles de años de evolución, de los seres vivos. Por que? Muy fácil, porque sin estos errores no habría habido evolución. De esta forma nos encontramos que el cuerpo juega a un juego estadístico, una especie de blackjack en el que cuando el cuerpo se planta, prefiere envejecer a desarrollar cáncer, y prefiere morir poco a poco, que sujeto a una enfermedad dolorosa y fulminante. Es decir, finalmente el cáncer, y la evolución de la vida van cogidas de la mano, como muchos investigadores ya llevaban sospechando desde hace mucho tiempo. Así que, si algún día nos convirtiéramos en una especie inmortal, realmente nos estaríamos condenando porque seriamos incapaces de evolucionar, con lo cual, creo que una vez mas, nuestra arrogancia nos hace pensar que sabemos mas que 3.000 millones de años de evolución. Aun nos queda todo un universo por descubrir, y la magia de la vida, esta hasta en su propio fin.
