Todavía no ha amanecido y el cómitre ya esta cómodamente sentado delante de su gran tambor marcando un ritmo infernal.
Hace años que se instaló en la montaña mágica, desde allí puede controlarlo todo. Aunque, no contento con eso, miles de alguaciles recorren la crujía marcando el ritmo de boga con tambores y trompetas o fustigando con rebenques a los galeotes.
Para que podamos escapar de esta galera.
3 comentarios:
Muchos días caminando por la calle tengo la impresión de ver a los remeros de esa galera. Felices con su ración de pan y agua, sin caer en la cuenta que si el navío hace aguas ellos se ahogaran con él, ya que no serán liberados de las pesadas cadenas que los mantiene prisioneros en sus puestos. Si eso ocurriera, el cómitre seria el único superviviente, y gracias a su diabólica experiencia acabaría encontrando una nueva galera y una nueva tripulación.
Mientras, yo en mi pequeño y viejo velero, busco buenos vientos, que me lleven a sitios nuevos, intentando que no me capturen y me condenen a Galeras.
Gracias por este texto cartero, me ha dado que pensar!
Ciertamente no hay nada que haya inspirado mas al hombre que el mar.
rema rema sin cesar, rema rema sin ver el mar, ensangrentando los grilletes mortales a cada remada, ulcerando los brazos en los movimientos constantes para impeler el navio, cómitre dame agua por fabor le digo, y el constante sonar de los tambores no le deja oir mis suplicas, un poco de agua, hasta que llega la desesperación y la alucinación, bajo la mirada y veo un pequeño charco de agua q podria ser de la tormenta de la noche anterior, acerco las manos y alcanzo un poco, pero al beberla descubro lo salada que está esa agua de mar, escupo, levanto otra vez la mirada, cojo el remo de nuevo y me dispongo a remar de nuevo.. hasta que la mirada se nubla y pierdo el conocimiento.
Ahora en mis sueños lo único que puedo hacer es beber y beber y gozar de mi libertad, de mis sueños nada me robaran, aquí soy el rey, este es mi reino y mi mundo, libertad para el sueño libertad para mi.
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